octubre 30, 2007

En la primera fila


”¿…puedo bajar el material e imprimirlo?”…seguimos atados a viejos conceptos.

En estos días hemos comenzado un curso online preparado especialmente para el colectivo farmacéutico, se titula “Marketing Integral en la Oficina de Farmacia”. Seguramente será una experiencia interesante, principalmente por una razón: la mayoría de los participantes nunca ha realizado un curso online y muchos no están habituados a Internet. Todo un desafío.
A cuento de esto me ha parecido interesante que exploremos un poco lo que para muchos todavía es un mundo desconocido, el e-learning.

No en vano las universidades más prestigiosas del mundo emplean cada vez más la formación basada en Internet, valga como ejemplo en España la Universidad de Barcelona, Deusto y muchas otras, entre ellas también la de Granada.
La incorporación de Internet al mundo de la enseñanza está dando pasos de gigante, desde las Intranet de instituciones que aprovechan algunas de sus ventajas, hasta formación online, total y exclusivamente a través de la Red.

Esta cada vez más veloz incorporación de Internet en la formación requiere de un cambio profundo de mentalidad y del cuestionamiento de algunos mitos y hábitos, entre ellos… el del papel.

La variedad e inmediatez de los recursos que brindan las tecnologías de la información con sus plataformas educativas echan por tierra las viejas ideas de falta de material, la “soledad” y escaso acompañamiento, que provienen de la antigua educación a distancia.
Los foros, las videoconferencias, el Chat, la complementación con avisos a través SMS al teléfono móvil, etc. etc. abren un mundo amplísimo de posibilidades de contacto permanente.
Imagínese el intercambio con alumnos de cualquier parte del mundo participando en un mismo proceso de aprendizaje, por ejemplo en un curso de marketing. ¡Toda una comunidad virtual con una dinámica y una riqueza de experiencias infinita que pocas veces sería posible de otra forma!

Respecto al acompañamiento y seguimiento de los alumnos, las plataformas e-learning permiten un control casi perfecto de sus actividades. Horarios de entrada y salida de la plataforma, temas que ve y tiempos que emplea cada alumno, además de cuestionarios, trabajos y evaluaciones. Todo queda organizado y registrado al detalle para su análisis, mejor aún de lo que puede ser en la formación presencial.

Cuando les digo a mis alumnos que les tomaré evaluaciones a través de la plataforma de Internet, ríen para sus adentros pensando que esto está “chupado”, como dicen ellos. La realidad termina sorprendiéndoles, el promedio de notas de las evaluaciones por Internet ¡casi siempre resulta igual o más bajo que los tradicionales exámenes escritos!

Podríamos seguir con muchas más características y beneficios, pero no pretendo hacer un tratado ni un panegírico del e-learning, sino sólo transmitir algunas experiencias para que abramos la mente a nuevas alternativas en la línea de la formación continua que reclama la sociedad actual.

Si en algún momento decide hacer formación e-learning, para que le saque el mayor provecho posible le doy una clave: ¡INVOLÚCRESE!

La formación e-learning es mucho más que unos apuntes colgados en Internet que usted puede hojear cuando quiera.
Participe en los foros, videoconferencias, cuestionarios, ejercicios y prácticas, intercambie ideas con sus compañeros virtuales, en pocas palabras: aproveche todos los recursos que se le ofrezcan.
Exija y pregunte a su tutor-teleformador, no se quede con dudas, ¡aproveche la oportunidad única de tener su profesor particular!

Finalmente, para que su formación e-learnig sea exitosa tome conciencia de que su rol de alumno es muy diferente al tradicional presencial, hace falta una mayor dosis de autodisciplina. Ya no podrá sentarse en la última fila de la clase, ni siquiera al medio, ¡estará siempre en la primera fila!

Para pensar.
Hasta pronto.

2 comentarios:

  1. Buenas noches Luis,
    Reflexión interesante y valiente, comparto en general su contenido y muy especialmente la necesidad de una implicación continua de los participantes. No obstante, creo también conveniente destacar, la necesidad de que la aproximación de todos (alumnos y profesores) a las herramientas tecnológicas que citas se debe realizar de la forma que entiendo apuntas, utilizándolas como meras herramientas y no como un fin en si mismas pues en este caso lo que se logra es desvirtuar el contenido de la formación perseguida.

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  2. Hola Antonio
    Sin duda nunca hay que olvidar el fin último. Ni el e-learnig, ni cualquier otro sistema o herramienta es el fin de la historia. Los matices y las combinaciones posibles son innumerables, pero el objetivo debe ser uno sólo: el alumno.
    Es un tema apasionante y seguramente lo seguiremos más adelante.
    Muchas gracias por participar.

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