noviembre 30, 2008

Con nuevos ojos




Félix abrió el fuego con una pregunta difícil de responder, y el resto de los participantes del curso de emprendedores se sumaron al interrogante ¿se puede emprender un negocio ahora?

Sin duda no es fácil tomar una decisión en momentos como éste; todo el andamiaje que venías montando de creatividad, ideas, dinero, tiempo y esfuerzo…empieza a tambalearse.

Cuando luego Mª Cristina me comentó la pregunta que le hicieron me quedé pensando y la asocié con un tema del que me tocó hablar recientemente. Se trataba de la ineficiencia de procesos que muchas empresas ya consolidadas aún mantienen y que ahora, frente a la crisis, se manifiestan crudamente.

Cualquiera diría que en tiempos difíciles el emprendedor tiene su inexperiencia como un factor fundamental en contra, pero también se puede ver de otro ángulo: que no tiene los “vicios” generados en el desarrollo, como otros negocios, sobre todo si lo hicieron en épocas de bonanza.

Valga de ejemplo la eficiencia de los recursos. En buenas épocas el empresario sucumbe ante el canto de sirena de poner más empleados “…porque si no es imposible cumplir con la tarea…”, en vez de estudiar y optimizar sus procesos. Con los recursos materiales pasa otro tanto: alquileres, mobiliario, vehículos…el principio de austeridad se olvida por completo.

Sin embargo quien emprende en estos tiempos, parte de la austeridad y de la prudencia como base de todo su negocio. Además intentará, sin malos hábitos de por medio, diseñar los procesos de la manera más eficiente y actualizada posible, partiendo de cero.

Otro aspecto a favor para tener en cuenta es que en las buenas épocas los clientes “vienen a comprar”, en las malas hay que salir a buscarlos y mantenerlos…¡la imaginación al poder!

Como reflexión final:

Veremos desaparecer a muchos grandes pero ineficientes dinosaurios, mientras los que se “críen” en este ambiente adverso y lo superen, serán sin duda los grandes campeones de mañana.

Para pensar.

Hasta pronto.