octubre 22, 2008

¿Innovar ahora?

Al salir del acto de inauguración del curso académico de la Escuela Internacional de Gerencia algunos comentábamos la clase inaugural de la presidenta de Merck España, Laura González-Molero. Coincidimos en un concepto que nos llamó la atención: innovar no es sólo lograr avances tecnológicos más o menos complejos.

Pocos años atrás estaba colaborando con una de nuestras típicas PyMEs en la optimización de su gestión, y uno de los desafíos era mejorar el servicio al cliente y a la vez disminuir costes en la entrega a domicilio. Había algunas quejas de clientes porque no recibían sus compras en el plazo establecido y además, al hacer las cuentas de los costes de transporte, su incidencia era excesivamente alta. Voy al final de la historia, todo mejoró con un par de medidas muy simples: un buen mapa en la pared con un sistema para organizar las rutas y dejar cargadas las furgonetas al finalizar la jornada. Misión cumplida, los coste bajaron sensiblemente y los clientes estuvieron más satisfechos.

¿Esto es innovación? ¡Por supuesto que sí! Porque es un cambio hacia la mejora.

El continuo bombardeo de nuevas tecnologías y los avances en investigación y desarrollo de las grandes empresas, a menudo acobardan a muchos pequeños empresarios, que siguen sus rutinas de trabajo viendo cualquier cambio como una quimera imposible de alcanzar.

Sin embargo, en lo cotidiano, ¿cuántos procesos llevan años haciéndose en la empresa sin preguntarse por qué de esa forma? Tengo respuestas, me las han dado muchas veces: “…no hay tiempo”; “…para qué, funciona bien así”; “…ahora no vale la pena complicarnos con cambios”, etc., etc.
Es lógico, en tiempos de vacas gordas se minimiza la importancia de la optimización. No hay una percepción de urgencia, de necesidad. Pero las vacas flacas ya están aquí, probablemente pastando más tiempo de lo que todos quisiéramos.

¿No será un buen momento para repensar muchos procedimientos?

Estoy convencido que sí. No hay que dejarse nublar la mente por el pesimismo, paralizarnos hasta que escampe o sólo recortar gastos sin un plan bien pensado. Es la oportunidad de revisar los procesos de muchas áreas, o todas, las de la empresa; descubrir nuevas formas de hacer las cosas, más eficaces, más rentables, más simples.

Seguramente puede ser la hora de sacarnos de encima las viejas pieles de la rutina, mejor que tratar de sacar las piedras de antiguos caminos probablemente sea mucho mejor hacer nuevas sendas.
Si tomamos conciencia y actuamos en este sentido, en vez de acobardados y maltrechos saldremos fortalecidos.

Sí, ¡Innovar ahora!

Para pensar.
Hasta pronto.