marzo 12, 2007

Sobre normas y apariencias



Le enseñaré rápidamente, en pocas palabras, una forma muy eficaz de perder tiempo, dinero y una excelente oportunidad.
Sólo tiene que comprar un papel y un sello de goma, pagando por ellos varios miles de euros.
¿Fácil, no?
Le explicaré un poco más en detalle de qué se trata.
Cuando existen normas obligatorias para las empresas se supone que es para cumplirlas. Cuando en cambio las normas son voluntarias y la empresa se adhiere a ellas lo hará para obtener algún beneficio y no sólo “para cumplir”. Además, si no aprovecha el beneficio por completo habrá perdido parte de su tiempo, esfuerzo y dinero.
Pura lógica y sentido común, pero aún así…

Las Normas ISO 9001:2000 de Gestión de la Calidad, voluntarias por cierto, son un ejemplo. Lamentablemente más de una vez usted como cliente habrá dicho: “… ¿cómo puede esta empresa tener la ISO?”
Pues sí, una empresa puede no tener las normas certificadas y poseer una excelente y reconocida calidad, o por el contrario, tener dichas normas y no tener calidad desde el punto de vista de sus clientes.

Hablemos claro (cosa que se extraña en estos tiempos), los que llevamos años con estos temas coincidiremos en que la mayoría de las empresas que adoptan las normas ISO 9001:2000 de Gestión de la Calidad lo hace para la galería, para colgar el certificado en un bonito cuadro o poner un sello en sus papeles.
¡Qué oportunidad perdida cuando las podría haber aprovechado para una verdadera mejora en la calidad de la gestión!
Pero el cliente es implacable y tarde o temprano emite su juicio. Este es el que vale y posiciona a la empresa en el mercado, lo demás es cartón pintado.

Parte de este diagnóstico de la realidad lo confirman las palabras de Javier, experto en calidad, que pronunció durante una conversación, “… en Granada hay muchos que asesoran sobre estas normas pero casi no conozco a nadie que asesore sobre la mejora continua de procesos de calidad”.
No obstante es la mejora continua, de cara al cliente y con un importante cambio de actitud, lo que asegura la verdadera calidad. Pero, ¿qué es la mejora continua?
Este tema lo dejaré para una próxima nota, ahora solamente le añadiría, para completar la idea que he pretendido transmitir, una definición propia de la calidad que puse en el prólogo de uno de mis libros:

“La calidad comienza y continua con las personas. Se podrán crear procesos y máquinas que logren mayor eficiencia y calidad, pero siempre detrás de ellas habrá personas.
La calidad es mucho más que un certificado y un buen diseño de procesos en un manual, es una filosofía de trabajo y de vida que se centra en el valor que nuestra actividad y acciones añaden a los demás”


Para pensar.
Hasta pronto.

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