diciembre 02, 2011

Normas y mejora real en la empresa

Es una pena, pero las normas ISO 9001 de gestión de la calidad, en una gran parte de los casos (tal vez la mayoría?) se utilizan solo como un certificado colgado en la pared.
Una vez más, como en muchas otras herramientas de gestión, el concepto, el espíritu con el que se crearon se desvirtúa en la práctica.

Sin duda hay honrosas excepciones, me ha tocado colaborar con empresas que entienden que la calidad va más allá de rellenar papeles.
Pero para muchos, está claro, crear manuales y procedimientos acordes a las normas ISO 9001 no es difícil (hasta se pueden bajar gratis o comprar por Internet) pero comprometerse con la calidad como una estrategia permanente y continua, no es fácil, o no se comprende todo lo necesario.

No colaboran a cambiar esto, muchas de las empresas que hacen consultoría para la implantación. Se limitan a cumplir solo y estrictamente con los aspectos técnicos, ni un paso más allá. Pero también es cierto, en su descargo, que tomarse la calidad y mejora continua en serio depende ya de la dirección de la empresa.

Confieso que tengo cierta pasión por la calidad en las empresas, especialmente la calidad de servicio. También sé que esto me resta clientes. Aquellos que solo quieren las normas como un trámite, y yo se las complico con propuestas de mejora de verdad.

Esta inquietud por la calidad, sobre todo en nuestras Pymes que tanto la necesitan, me llevó a crear un método que denomino Método DS-3.

Este método es un camino paso a paso que facilita enormemente la implantación de mejoras concretas y sobre todo que éstas impacten en la rentabilidad.

Por supuesto que el Método DS-3 es compatible y una herramienta complementaria eficaz de las normas ISO 9001 o el modelo EFQM, en tanto se basa en los principios básicos de la gestión por procesos y la mejora continua.

Para quienes quieran ampliar sobre el DS-3, pueden hacerlo a través de mi libro "10 Pasos para Aumentar su Rentabilidad" Ed. Diaz de Santos.

Estaré encantado de que me hagan los comentarios en este blog o me escriban para conversar sobre estos temas.

Hasta pronto.

octubre 17, 2011

El empresario puede morir de amor


No es un novelón, se trata de algo muy real y serio.
Seguramente coincidimos en que nada se puede hacer bien y menos que resulte exitoso si no hay pasión, ganas, fuerza para emprenderlo.
Condición indispensable también (tal vez especialmente) en los negocios, pero con una cara un poco riesgosa.

Lo ilustro con un ejemplo. Días pasados un cliente me comentaba sobre un nuevo producto/servicio que había ideado lanzar. Lo hacía con un convencimiento absoluto, no podía ser de otra manera en un emprendedor entusiasta como él. Por mi parte, haciendo un esfuerzo, me puse en los zapatos del posible cliente al que apuntaba el nuevo producto y realmente no me encajaba por un par de razones importantes.
Los argumentos de mi cliente y amigo eran muy lógicos pero, como es natural, estaban construidos desde su óptica, percepción, ganas y pasión. En pocas palabras estaba "enamorado de su idea".

Pero como en otros aspectos de la vida, los amores no son siempre correspondidos. Claro que en este caso pueden no ser correspondido por el cliente, y por más que insistamos con todas nuestras "armas de seducción", no hay caso, las ventas no cumplen las expectativas.
En el mundo de los negocios hay muchos ejemplos de esta situación, en empresas de todos los tamaños y sectores.

Pero para evitar este riesgo que puede ser fatal ¿cuál es la fórmula? ¿acaso no apasionarse? Decíamos que si no hay pasión seguramente no habrá éxito, con lo que hay entonces una paradoja.
No creo en las fórmulas mágicas pero me permitiré un consejo. La creación, la idea, surge con pasión, pero el análisis, con lógica.

Habrá que "desenamorarse" un poco y saber escuchar al cliente, que finalmente es el juez inapelable de nuestras ideas de negocios ¿Qué tal una investigación? ¿Un sondeo? ¿Una conversación con algún experto?
Pueden ser buenas ideas, pero lo importante es la actitud, la mente abierta. No se trata de tener la razón empecinadamente, sino de que la idea funcione y hagamos buenos negocios.

Cuando estamos enamorados nos cuesta mucho aceptar las críticas hacia quien creemos casi perfecto...

¡Cuidado hay amores que matan!

Hasta pronto.

julio 11, 2011

Estrategia de Negocios y el punto medio

El "sabio punto medio" de los filósofos puede ser aplicable en muchísimas cosas, pero en los negocios...

Un estudio de McKinsey nos revela algo muy interesante, ésta es la gráfica:


En pocas palabras, significa que el crecimiento ha sido mayor para las empresas con niveles altos de producto/servicio y las de productos/servicios de bajo nivel o valor.
La que salen peor paradas son las que están en el medio.

Es decir, que las que tienen productos con valor añadido medio, servicio medio, precio medio... se asfixian.

Los negocios que más prosperan son los innovadores, con alto valor añadido y precio. Luego están los masivos, de poca o ninguna diferenciación, pero de alto volumen, aunque bajos márgenes (tipo supermercado).



Esta situación da mucho que pensar y sobre todo en una cuestión de base ¿Qué hago con mi negocio?

Sin atreverme a dar una receta, cada caso es un mundo, planteo otras preguntas que pueden servir de ayuda para tomar decisiones:

¿Mi producto/servicio tiene actualmente una diferenciación apreciada por el cliente?
Si es así, ¿Lo estoy poniendo en valor, lo conocen lo suficiente?
Si las dos preguntas son positivas, por favor ¡mantenga o mejore el nivel y evite bajar precios!

Si la respuesta a la primera pregunta es NO, las preguntas que siguen son ¿Puedo conseguir diferenciación? ¿Tengo medios para poner el producto/servicio en valor?
Si no puedo llevar a cabo ninguna de las dos acciones, entonces: ¿Podré transformarme en un "barato y masivo"?

En fin... los "y si" pueden seguir abriéndose mucho más. Al menos ya tenemos planteado el problema y una hipótesis: ¡El punto medio suele no ser una buena estrategia!

Para pensar.
Hasta pronto.