julio 05, 2006

¡El Mundial se juega en la empresa!

Sí, así es y además todos los días y siempre.

Hace ya bastantes años (¡tantos que Beckembauer era el ídolo del momento!), en una charla de amigos, Guillermo me dijo: “el fútbol es como la vida misma”.
Hoy, con el mundial, me vino este recuerdo a la cabeza. Me puse a pensar, lo cual no es mal ejercicio de vez en cuando, tratando de encajar esta idea de mi amigo con la realidad de la empresa. Se me ocurrieron varias similitudes que quiero compartir con todos vosotros.

La empresa es como cualquier equipo que busca ganar y lo interesante es que tal como en el fútbol le debe ganar a los adversarios y “seducir” a sus hinchas (o clientes). Por lo tanto en ambos hay tres agentes en juego: yo, mis adversarios y alguien a quien conquistar y mantener fiel.
Como en la realidad del mercado, habrá indiferentes, simpatizantes (quienes creen en nuestra marca pero pueden cambiar), habrá hinchas a muerte (adoran nuestra marca pase lo que pase) y habrá quienes nunca serán de los nuestros.

Las estrategias y tácticas son la clave del éxito. De nada valen los jugadores estrella si el equipo no lleva un plan de juego superior al adversario.
Es el juego en equipo el que llama al éxito. Para eso tiene que haber conciencia de grupo, excelente comunicación y sacrificio (a veces hay que ceder el protagonismo a otros). Ojo con creer que “comprando” algunos talentos aislados puedo solucionar los problemas de la empresa.

El “mister” es fundamental. No sólo tiene la visión de las estrategias sino que es un gran motivador. Todo empieza por la cabeza, no hay vuelta que darle.
No obstante el líder necesita de un equipo muy bien entrenado (colaboradores formados, hábiles y competentes) para ganar los partidos.

Ganar un mundial significa que la suma de aciertos menos los errores dio un saldo mejor que el de los adversarios. Ni más, ni menos, el mercado y la competencia es un campeonato a largo aliento en el que hay éxitos y fracasos, pero en el que cada caída sólo debe ser un acicate para levantarse con más fuerza aún, si no es así…

Por último, se puede sudar la camiseta, correr como posesos, intentar cientos de tiros a la meta, hacer malabares con el balón, pero al final… lo único que manda son los RESULTADOS.
Lamentablemente hay muchos en las empresas que no lo entienden y creen que trabajar mucho, tal vez más de las horas establecidas y hacer muchas cosas, no importa el valor que añadan, es suficiente.

Señoras y señores: RESULTADOS, RESULTADOS Y RESULTADOS.

En fin, no se si el fútbol es la “empresa misma”, pero se le parece bastante.

Hasta pronto.